Por el bien de Newell's, Larriera debe irse ya



Se terminó el tiempo del experimento uruguayo en el banco leproso. Es cierto que todavía falta una fecha para saber el destino de Newell's en la Copa de la Liga, pero nada cambiará una situación que ya parece cosa juzgada. Sin llegar a ser un ciclo desastrosamente tremendo, Larriera estuvo lejos de colmar las expectativas como técnico leproso. 

Después del baile táctico y futbolístico que le propinó Boca en el Coloso, Larriera debió darse cuenta de que su mensaje ya no iba a prender más en el ánimo del plantel rojinegro y por eso lo más saludable para el club hubiera sido que el DT dejara el cargo en ese momento. Además el equipo, con el correr de las fechas, no sólo se hundía cada vez más en el pantano de la impotencia, sino que siempre se las ingeniaba para acomodar los huesos a su rol de partenaire. El primer appercut al mentón fue la nueva derrota en el clásico ante Central. Y contra Boca quedó comprobado que a Newell's le calzó enorme el traje de protagonista en un partido que debía ganar ante su gente para seguir con serias chances de clasificar. 

Desde el mismo momento en que se confirmó que Larriera era el elegido para reemplazar a Gabriel Heinze, en este blog (www.elojocritico.com.ar) se escribió con todas las letras que la elección del presidente Ignacio Astore era equivocada. Nunca podía salir bien la apuesta de entregarle el manejo de un equipo de la talla de Newell's a un técnico del montón como Larriera, quien llegó al club precedido de haber salido campeón con Peñarol. Un antecedente realmente insignificante porque Peñarol suele consagrarse siempre con cualquier técnico. Un dato de muy poca monta como para colgárselo de medalla a la hora de dirigir a un club de la importancia de Newell's. Por eso pasó lo que tenía que pasar. Newell's ganó los primeros cuatro partidos a pesar de Larriera y no por Larriera. Nunca se vio la mano intervencionista del DT en el equipo. Si Newell's cosechó 12 puntos en 4 partidos fue pura y exclusivamente porque tiene en el equipo de un jugador planetario como Ever Banega y a un goleador serial como el Colo Ramírez. El resto del equipo ayudó como pudo y las decisiones de Larriera, lejos de aportar soluciones, siempre trajeron más problemas.

Falta un partido para conocer si Newell's jugará los cuartos de final de la Copa de la Liga, pero igual puede asegurarse que el paso de Larriera por el banco leproso fue un verdadero fracaso. Habrá que ver si el presidente Astore toma la decisión de despedirlo después del partido del martes ante Defensa y Justicia en Florencio Varela, o le dará continuidad a un proceso que ya está condenado al naufragio.




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