El ojo crítico de Mauricio

Nadie duda de que con la incorporación de Edinson Cavani, Boca se acerca a la obtención de la séptima Libertadores. Automáticamente el equipo dirigido por Jorge Almirón se transforma en el gran candidato a ganar la Copa. Porque tener en el plantel al gran goleador uruguayo no sólo es sumar jerarquía suprema en el equipo propio, sino que es meter literalmente miedo en el rival de turno.  Hasta ahí el análisis que haría cualquier chico que mira fútbol y que escucha mecánicamente desde hace algunas semanas que en Boca jugará un mega crack. Pero lo que nadie se anima a decir y mucho menos a proyectar es con qué fútbol se encontrará Cavani cuando empiece a jugar en el torneo argentino y la Libertadores. En ese sentido, el uruguayo no sabe lo que le espera. Sólo lo podrá averiguar cuando sufra en carne propia la ferocidad con la que los defensores argentinos y sudamericanos lo van a marcar. Por más linaje internacional o cuenta bancaria abultada que tenga, jugar en Argentina no suele ser un

Imagen Alán Monzón (Rosario 3) Es apenas una cuestión de gustos, de una identificación exclusivamente con una manera de dirigir y de proyectar a un equipo. Ahora que la Liga Profesional ya es una pieza de colección con el tesoro de River campeón, bien vale un juego imaginario entre el técnico de Newell's y Central. Porque se impone una suerte de balance para darle un cierre a un torneo que tuvo a los equipos rosarinos zigzagueantes en sus rendimientos, aunque los canallas terminaron mejor ubicados en la tabla de posiciones. Igual, en un pan y queso Gabriel Heinze siempre antes que Miguel Angel Russo. No hay ánimo de desafección ni de querer buscar siempre bajarle el precio a lo conseguido, pero para quien escribe estas líneas no hay dudas de que Newell's jugó mejor que Central en grandes tramos del campeonato. En ese sentido, la tabla no dijo toda la verdad. Mostró una secuencia matemática que muchas veces no se correspondió con lo sucedido adentro de la cancha. Tampoco es que

Central se despedirá mañana ante Belgrano de un torneo en el que nunca fue protagonista excluyente al título, pero que terminará con decoro porque cumplió una buena campaña. Incluso, el equipo canalla mostró resultados de campeón cuando jugó en el Gigante de Arroyito. Por eso se aplaude a Miguel Angel Russo, quien en el ocaso de su carrera volvió a darle una mano a Central. Y se escribe un "Felicitaciones" con resaltador fluorescente para este grupo de jugadores que se comportó como una guardia pretoriana para estar a la altura de las circunstancias. Ahora bien, la mirada más realista de la situación conduce a pensar que pasó otro campeonato y Central sigue sin dar la vuelta en un torneo del fútbol argentino. Si esta inercia negativa no cambia en algunos años más, Central cargará con la pesada cruz de ser "el club de las cuatro décadas sin lograr un título", parafraseando al cantautor guatemalteco Ricardo Arjona. Y eso en una institución  que se ufana todo el tiempo

Durante gran parte de este torneo en Newell's de lo único que se habla es que la AFA y el arbitraje de la Liga Profesional quieren voltear a la institución porque el presidente Ignacio Astore no pertenece al grupo de compinches con el que se maneja Claudio Tapia, el presidente de la entidad madre del fútbol argentino. Otras mentes rebuscadas afirman que Newell's está sufriendo reiteradamente fallos arbitrales en contra porque al establishment no le gusta que Gabriel Heinze se pinte la cara como guerrillero y luego de cada partido salga a decir públicamente que le encanta pelear contra los poderes del fútbol argentino. Otros personajes, más trasnochados todavía, afirman convencidos de que si Cristian D' Amico fuera el presidente del club esto no pasaba porque el exdirectivo rojinegro siempre perteneció al círculo rojo de Tapia. Todas teorías indemostrables y que sólo contaminan un ambiente del  fútbol que históricamente fue propenso a los favores y a los amiguismos de ocasió

Imagen de FotoBaires Re s ulta extraño escribir sobre un equipo dirigido por Gabriel Heinze y detectar de movida que hubo un marcado desprecio por el protagonismo. Tampoco es habitual relacionar al Gringo con un discurso proclive a decirles a sus dirigidos que no pasen la mitad de la cancha, como justamente ocurrió el lunes por la noche en la derrota en La Bombonera. Newell's perdió ante Boca porque siempre se asumió como un equipo chico, como un partenaire de turno. Siempre se sintió cómodo en el papel de un rival incapaz de hacerle cosquillas a este Boca que "te hace reír y llorar", como el célebre humorista argentino Luis Sandrini. Ni el más pesimista hincha de Newell's hubiera pensado que el equipo se dejaría maniatar tan dócilmente por Boca. Hasta Heinze se sorprendió con lo que vio en la cancha. Por eso en un acto de sinceridad brutal el Gringo se echó tierra encima y reconoció haber sido el único responsable de la derrota. Y tiene razón el técnico rojinegro. El

Si realmente Central quiere sacar una millonada de dólares cuando venda a Alejo Véliz, el camino más aconsejable es que el delantero primero tenga un paso fugaz por River o Boca, las verdaderas vidrieras que potencian a las grandes figuras del fútbol argentino. Mucho más se refuerza esta teoría luego de la descomunal actuación que tuvo Véliz en el partido de anoche ante River, en el que anotó dos de los tres goles que convirtió el equipo de Miguel Angel Russo.  Obviamente es una decisión antipática para la dirigencia de Central, comandada por el presidente Gonzalo Belloso, utilizar como trampolín a los grandes del fútbol argentino para transferir a la figurita estelar del equipo. Por eso es prácticamente imposible que se apele a este mecanismo de acción para venderlo. Igual, no deja de ser una equivocación de la dirigencia canalla no contemplar la posibilidad de dar a préstamo a Véliz a River o Boca, en caso de que ambos clubes lo pidan para jugar la Copa Libertadores de ahora y del pr

Desde anoche los reflectores del mundo descansan en lo que fue el debut goleador de Lionel Messi en Inter Miami. Hasta a los franceses, quienes nunca le perdonarán la conquista mundial en Qatar 2022, se les erizó la piel cuando Leo clavó la pelota agónicamente en un ángulo para poner el 2-1 ante Cruz Azul por la Leagues Cup. Ese instante cinematográfico, tan habitual en la carrera de Leo, no sólo cambió para siempre a la MLS sino que modificó la vida de Messi. Ya nada será igual para él. Desde ahora todo tendrá un sentido más terrenal para ese jugador que siempre estuvo en otra galaxia.  Aunque colgarla en un ángulo siempre resultó un hábito en la carrera de Messi, seguramente el gol de anoche quedará grabado como un tatuaje eterno en la película que les contará a sus nietos algún día. Porque en el festejo pudo experimentar algo que nunca se había permitido en los más de 700 goles que convirtió entre la selección argentina, Barcelona y PSG. Por eso la reacción, después de celebrar con

Sería un error garrafal que River tomara la eliminación ante Talleres por Copa Argentina con la rapidez de un rayo. Como una derrota más de este ciclo exitoso de Martín Demichelis. No fue un tropezón al paso el que sufrió el reciente campeón del fútbol argentino. Tampoco sería aconsejable mirar para otro lado y dejar que las cosas decanten por la propia inercia. Porque la caída del inmaculado campeón movió los cimientos de un equipo que parecía tener todo bajo control y en el que nada estaba fuera de lugar.  Aquel que se haga el distraído con esta lectura de la situación se estaría engañando. No parece ser el caso de Demichelis. Por algo se retiró del estadio Malvinas Argentinas de Mendoza sin realizar declaraciones. No es un ejercicio habitual del técnico de River evitar el toma y daca con los periodistas. Seguramente procesó la eliminación ante Talleres con el tormento de un mea culpa y la conciencia le dictó que la salida más saludable era esperar que bajara la calentura del momento

Si existe un  hincha del fútbol que está manija todo el tiempo y se jacta de mirar a todos por encima del hombro es el de Boca. Seguramente adopta esa postura arrogante porque suele sentirse superior al resto aunque la realidad lo abofetea con asiduidad para demostrarle todo lo contrario. También es verdad que cuando el equipo anda mal o no gana a menudo es el público que más ruido hace cuando está en el piso. Tampoco es un pecado experimentar los extremos teniendo en cuenta que en el fútbol el estado de ánimo de las personas está directamente ligado con el resultado de un partido.  Todo esto viene a cuento porque en estos días de lo único que se habla en el mundo Boca es de la llegada de Edinson Cavani. Cuando hoy trascendió que Christian Cavani, el hermano del uruguayo, posteó en Instagram la foto del jugador con  la camiseta de Boca y la inscripción "Dale Venite pela (sic)", pareció que el Globo Terráqueo dejaba de ser circular.  Se entiende que eso ocurra desde la mirada

La previa del partido del domingo entre Central y River en el Gigante siembra un terreno fértil para que el periodismo deportivo repita como loro la mentada paparruchada de que “cualquiera le puede ganar a cualquiera en el fútbol argentino”. Una verdadera falacia de mentes trasnochadas que históricamente sólo sirvió para explicar algún resultado aislado que se dio en algún momento, pero que nunca desafió la creencia que el fútbol a la larga es un juego lógico. Si no fuera así, River y Boca no serían los más ganadores de la historia.  Ya poniendo la lupa en el partido que se viene, lo peor que pueden hacer los hinchas de Central es engañarse y no conocer sus verdaderas limitaciones. Porque la realidad es que sólo si se produce un milagro este equipo de Miguel Angel Russo podrá ganarle a este River que se consagró campeón un par de fechas antes. Realmente tendría que ocurrir un suceso extraordinario para creer que un equipo que juega a dos kilómetros por hora como Central logre imponerse

  Nadie debe sorprenderse con esta postura intransigente que adoptó Gabriel Heinze ante los reiterados errores cometidos por los árbitros en los últimos partidos de Newell’s. Cuando el presidente del club, Ignacio Astore, dio un golpe en la mesa y anunció la contratación del Gringo como nuevo técnico rojinegro se sabía que en el combo llegaba un profesional del carajo, pero también una persona con una ideología disconforme con todo lo que quiera imponer el statu quo. De ahí que nadie ahora debe horrorizarse con la posibilidad de que Heinze pegue un portazo si considera realmente que él es el problema de los malos arbitrajes que sufre el equipo.  A Heinze ya empieza a correrle por sus venas el gen combativo desde el mismo momento en que asume el compromiso de conducir a un equipo. Lo demostró cuando dirigía a Godoy Cruz, Argentinos Juniors y Vélez en tiempos en los que la instalación del VAR era apenas una quimera, y cómo no se iba a pintar la cara como si fuera el Che Guevara ahora que

Si hoy Alejo Véliz (19 años) es una de las figuritas  más codiciadas del mercado de pases es pura y exclusivamente por el ojo clínico de Carlos Tevez. Cualquier otro que quiera colgarse la medallita de ser el técnico más influyente en la incipiente carrera del delantero de Central miente o no cuenta la película completa. Es cierto que Cristian González fue el entrenador que lo promovió a la primera canalla, pero el Kily se quedó sin tiempo para poder moldearlo a su gusto. Entonces fue Carlitos el que enseguida vio que tenía en el plantel a un diamante en bruto. Un verdadero toro en el área. Tevez tampoco necesitó crecer en las canchas de la ciudad deportiva de Granadero Baigorria para darse cuenta de que Central recibirá una montaña de dólares cuando venda a Véliz. El extécnico canalla deslizó más de una vez por lo bajo que Alejo estaba llamado a ser el reemplazante de Marco Ruben. Y lo dijo en un momento en el que su ciclo como DT estaba atravesado por la disputa electoral de entonces

    De pie señores, River Plate se consagró campeón con todos los honores. Ahora sí la casa madre del fútbol argentino está en orden. Las cosas se ubicaron en el lugar que corresponden. Porque si hubo un equipo que engalanó al torneo de los campeones del mundo fue este River magistralmente gestionado por Martín Demichelis. Ciertamente no hay mejor producto de exportación para mostrarle al mundo que este equipo de fútbol estratosférico que zamarreó a los rivales como si fueran muñecos de trapo. No es antojadiza la utilización de la palabra muñecos (se permite la licencia del plural), porque ese bendito apodo siempre conducirá inexorablem ente a la mención de Marcelo Gallardo, el técnico que cambió la historia del fútbol argentino. Y este River de Micho tuvo mucho de los mejores equipos del Muñe. La primera señal identificatoria de esa ligazón fue que regaló fútbol con esa vena competitiva que sólo Gallardo supo inyectarle a este club en los más de ocho años de gestión. También el equi

                                      Sin decir una sola palabra, Lionel Messi ya les dijo todo a los hinchas de Newell’s que aún sueñan con verlo alguna vez con la camiseta rojinegra. Leo no necesitó de ninguna declaración demagógica (de hecho, nunca las hace) para dar a conocer los motivos por los cuales es prácticamente imposible que juegue algún día en el club que lo vio nacer con la pelota. La imagen que se viralizó por cada rincón del planea en la que se ve a Messi haciendo compras en un supermercado en Miami junto a su esposa Antonella Roccuzzo y sus tres hijos es la respuesta más clarificadora de por qué Leo eligió la tranquilidad a esta altura de su vida y no la asfixia mediática que sufriría en Rosario. Es más, en ningún lugar de nuestro país por más recóndito que sea, podría pisar un local para hacer compras como cualquier hijo de vecino porque provocaría un descontrol inmanejable. En Miami no sólo lo pudo hacer, más allá del lógico pedido de fotos de algún fanático que busc