¿Demichelis o Barco? En River ya no hay lugar para los dos
En un club de la envergadura mundial de River, el episodio que protagonizaron el técnico Martín Demichelis y el jugador Esequiel Barco en Tucumán es motivo más que suficiente para que una de las dos cabezas hoy estuviera rodando barranca abajo del club. Si realmente en River se respetara la conducción piramidal, Barco debería ser citado por los dirigentes millonarios para rescindir su contrato. Fue una situación demasiado grave como para que nadie pague los platos rotos. No se arregla con haber sacado en el entretiempo al jugador desobediente. Es Barco por desobedecer la orden de un superior como el técnico o es el propio DT porque no puede continuar en el cargo luego de que un subordinado suyo, en este caso Barco, lesionó hasta el ridículo su autoridad ante los ojos de todos y, sobre todo, ante el resto de sus dirigidos. Este tipo de conflictos dentro de un plantel hay que resolverlos de raíz porque sino se expanden como una mancha de aceite y ocurre lo que pasó cuando trascendió e