El ojo crítico de Mauricio

Desde anoche los reflectores del mundo descansan en lo que fue el debut goleador de Lionel Messi en Inter Miami. Hasta a los franceses, quienes nunca le perdonarán la conquista mundial en Qatar 2022, se les erizó la piel cuando Leo clavó la pelota agónicamente en un ángulo para poner el 2-1 ante Cruz Azul por la Leagues Cup. Ese instante cinematográfico, tan habitual en la carrera de Leo, no sólo cambió para siempre a la MLS sino que modificó la vida de Messi. Ya nada será igual para él. Desde ahora todo tendrá un sentido más terrenal para ese jugador que siempre estuvo en otra galaxia.  Aunque colgarla en un ángulo siempre resultó un hábito en la carrera de Messi, seguramente el gol de anoche quedará grabado como un tatuaje eterno en la película que les contará a sus nietos algún día. Porque en el festejo pudo experimentar algo que nunca se había permitido en los más de 700 goles que convirtió entre la selección argentina, Barcelona y PSG. Por eso la reacción, después de celebrar con

                                      Sin decir una sola palabra, Lionel Messi ya les dijo todo a los hinchas de Newell’s que aún sueñan con verlo alguna vez con la camiseta rojinegra. Leo no necesitó de ninguna declaración demagógica (de hecho, nunca las hace) para dar a conocer los motivos por los cuales es prácticamente imposible que juegue algún día en el club que lo vio nacer con la pelota. La imagen que se viralizó por cada rincón del planea en la que se ve a Messi haciendo compras en un supermercado en Miami junto a su esposa Antonella Roccuzzo y sus tres hijos es la respuesta más clarificadora de por qué Leo eligió la tranquilidad a esta altura de su vida y no la asfixia mediática que sufriría en Rosario. Es más, en ningún lugar de nuestro país por más recóndito que sea, podría pisar un local para hacer compras como cualquier hijo de vecino porque provocaría un descontrol inmanejable. En Miami no sólo lo pudo hacer, más allá del lógico pedido de fotos de algún fanático que busc