El ojo crítico de Mauricio

No llamó tanto la atención la goleada que sufrió Central en Córdoba ante Talleres. Porque el equipo de Miguel Angel Russo ya demostró que puede perder contra cualquiera y ganarle a un rival que presumiblemente es superior. Acaso no se consagró campeón de la Copa de la Liga pasada atravesando instancias en las que no mereció pasar y al final la tabla de salvación estuvo edificada en las manos de Jorge Broun en la definición por penales. I ncluso, una bofetada similar a la que sufrió el sábado ante Talleres también se comió en la Copa de la Liga 2023 cuando fue goleado 3-0 ante Banfield en el Florencio Solá, por la 2 fecha de aquel torneo. Aunque, vale aclararlo, aquella derrota contra Banfield no retrató a un equipo perdido como el que sí se vio contra Talleres. Central no perdió por cinco o seis goles de diferencia en Córdoba sólo porque Talleres no tradujo en goles las situaciones que generó. En el complemento, Central estuvo tirado en la cancha, con evidentes señales de un equipo

En otra noche épica de Jorge Broun en la definición penales debe explicarse exclusivamente que Rosario Central se haya clasificado a la final de la Copa de la Liga. La gran actuación del arquero canalla fue la verdadera señal de la providencia que encontró el equipo de Miguel Angel Russo para lograr el pasaje a la gran definición ante Platense del fin de semana que viene. Después, todo lo que quieran hacer creer la legión de sabelotodo de la crítica no tiene ninguna importancia. O, en todo caso, se convertirán en opiniones paridas desde ese fanatismo fundamentalista que sólo les corresponde a los hinchas.  En ese sentido, nadie podrá quitarle la ilusión al pueblo canalla de volver a consagrarse campeón como tantas veces ocurrió en su historia.  Separada la hojarasca sentimental de la clasificación de Central a la final, ahora sí es tiempo del desglose de lo que ocurrió en el partido semifinal ante River en el estadio Mario Alberto Kempes de Córdoba. Central no hizo mucho en el plano f

Pocos jugadores en el fútbol argentino generan tanta expectativa de que algo bueno está por pasar cuando agarra la pelota Jaminton Campaz. El colombiano es uno de los pocos futbolistas, por no decir el único, que es capaz de tener en vilo a un técnico rival a la hora de pensar en cómo controlarlo para no perder el partido. Justamente en esos menesteres anda por estos días Martin Demichelis. Es que el DT de River no come vidrio y sabe mejor que nadie que si el sábado no logra quitarle margen de acción a Campaz, indefectiblemente va camino al patíbulo en la semifinal contra Rosario Central en Córdoba.  En el ambiente de la previa al partido se respira un tubillo condenatorio para River si no logra reducir a la mínima expresión la influencia de Campaz. Encima, las cualidades del volante colombiano encajan a la perfección para hacerle daño a la defensa millonaria. Si alguien cree que se está exagerando con la importancia que se le está dando a Campaz en el partido que se viene, lo único q

  La clasificación de Rosario Central a las semifinales de la Copa de la Liga hay que explicarla, entre otras cuestiones, desde la enorme actuación de Jorge Broun en la definición por penales. Igual, tampoco se faltaría a la verdad si se dijera que la eficacia de la mayoría de los jugadores canallas, a excepción de Facundo Mallo (estrelló el penal en el travesaño), también ayudaron a la causa. Pero en las manos del arquero de Central se encuentra la radiografía de lo que fue la victoria de Central ante Racing en Salta. Porque mucho antes de los penales, Broun ya había entregado señales inequívocas de que esta vez el ropaje de héroe de la noche no se lo iba a poner el colombiano Jaminton Campaz. Por eso el estadio Padre Ernesto Martearena de Salta no sólo será recordado por el pase de Central a las semifinales, sino como el lugar en el que Broun se vistió de Campaz. El partido en el que Central no fue Campaz y 10 más, como sucedió durante casi todo el año, y consagró al arquero en el

Cualquier trasnochado se preguntaría por qué un equipo clasificado a la Copa Libertadores del 2024 y a los cuartos de final de la Copa de la Liga todavía no mostró un funcionamiento que invite a la ilusión de la mayoría. Evidentemente es una pregunta que invade al común del futbolero porque, a excepción de los hinchas de Central, nadie menciona al equipo de Miguel Angel Russo como el principal candidato a salir campeón.   Igual, Central puede consagrarse sin necesidad de jugar bien, como lo hizo hasta ahora.  Además, el formato del torneo le tiende una mano desde el mismo momento en que no está obligado a ganar en los 90 minutos. Le alcanza con pasar en la definición por penales para sumar otra estrella a su palmarés. Pero nunca es aconsejable quedarse en las pequeñeces. También existe un atajo que el equipo de Russo está a tiempo de tomar. En ese sentido, no sería una mala idea jugar como un equipo grande el partido a todo o nada del domingo ante Racing en Salta. Ya es hora de que Cen

Quién podría dudar que Miguel Angel Russo es uno de los técnicos más valorados y queridos por el hincha de Central. Si no se sabría que es un producto tallado en la cuna de Estudiantes, cualquiera diría que nació para dirigir a Central. Russo encaja como un guante en todo lo que el pueblo canalla quiere escuchar para que le endulcen los oídos. Desde aquel momento mítico cuando el DT revoleó el saco para festejar uno de los cuatro goles de Central ante Newell's en el clásico del 23 de noviembre del 97 hasta aquel día en 2013 en el que de la mano de Miguel Central volvió a primera división luego de tres largas temporadas en el ascenso. El hincha canalla también reconoce con todos los honores que Russo nunca perdió un clásico ante Newell's y que siempre se mostró dispuesto a dar una mano cuando el club lo necesitó. Por todo esto Miguel siempre estuvo cerca de Rosario Central, parafraseando al fabuloso Fito Páez en el Tema de Piluso. Ahora Russo tiene la gran oportunidad de cerrar

Así como Miguel Angel Russo hizo de una habitualdad ganarle el clásico a Newell's como técnico de Central, cada vez que tenía enfrente a River era como tener una bestia negra delante de sus narices. Fue tal el martirio que le hizo pasar River cada vez que lo enfrentaba que el triunfo del sábado en el Gigante interrumpió una racha nefasta en el currículum de Miguel. Hacía 26 años que no le  podía ganar a River como DT canalla en los 90 minutos reglamentarios. Un registro que duró 10 partidos, con 5 derrotas y 4 empates. La única vez que pudo vencer a los millonarios fue en el Apertura 97 cuando Central ganó 3-1 con dos goles de Rubén Da Silva y uno de Horacio Carbonari. Encima, para que la maldición millonaria fuera aún más tormentosa, dirigiendo a otros equipos tampoco logró sacarse de encima el karma. Porque de los últimos 17 partidos que enfrentó a River, 7 fueron  derrotas y 10 empates. Claro, en el medio ocurrieron tres encuentros en los que el DT canalla terminó festejando po

Ahora que ya tiene en el bolsillo el objetivo de jugar una copa internacional en 2024, a Central le llegó el tiempo de jugar como un equipo grande. Es momento que el equipo de Russo se pliegue a una línea colectiva más armoniosa y prescinda de jugar a remolque del colombiano Jaminton Campaz, recientemente convocado a la selección de su país para la doble fecha eliminatoria de noviembre. El sábado se le viene River en el Gigante y la oportunidad calza como anillo al dedo para demostrar en el torneo que la clasificación al plano internacional no fue obra de un milagro .  Igual, por más que Central juegue el mejor partido de su vida, es difícil convencerse de que el equipo de Russo pueda ganarle a este River en modo montaña rusa. Encima, también existe una alternativa viable para el triunfo canalla y tiene que ver con la posibilidad que River no se desviva por ganar en el Gigante de Arroyito para complicar aún más las aspiraciones de Boca para ingresar a la clasificación de la Libertadore

Rosario Central es uno de los clubes del fútbol argentino que le gusta vivir con problemas. Disfruta de los conflictos. Si no los tiene, se los inventa. Porque la esencia canalla siempre estuvo más ligada a las equivocaciones que a los aciertos. Por eso, aunque le moleste a la termolandia de Arroyito, no es obra de la fatalidad ni de la bendita mala suerte que ya pasaron más de 30 años que no sale campeón de un torneo del fútbol argentino, siempre haciendo la salvedad que se consagró de la Copa Argentina en 2018. Y en ese berenjenal de malas decisiones encaja como un guante la salida de Carlos Tevez como DT y la posterior llegada de Miguel Angel Russo. Claro que en el medio ocurrió algo tan trascendental para la vida de Central como fueron las elecciones que consagraron a Gonzalo Belloso como nuevo presidente de la institución.  Central retrocedió varios casilleros cuando propició la renuncia de Tevez como DT y activó el posterior reemplazo con la llegada de Russo. Ese enroque de téc

Si es cierto que el hincha de Central es agradecido, no hay dudas de que el Gigante deberá recibir con todos los honores a Carlos Tevez. El Apache volverá a pisar el césped de Arroyito ahora como entrenador de Independiente, pero el público canalla debería tener memoria y reconocerlo como uno de los técnicos que mejor interpretó la idiosincrasia futbolística del club. Y eso que debió lidiar con momentos de grandes turbulencias políticas, previo a las elecciones que consagraron a Gonzalo Belloso como presidente de Central. El paso de Tevez como técnico de Central no fue relevante por los resultados que consiguió ni por la obtención de los logros deportivos. Lo que se debe valorar de su ciclo fue el capital futbolístico que supo construir cuando les dio pista y consolidó a pibes del club que hoy demuestran sus condiciones en Europa. Verdaderamente sin la mano protectora de Tevez, Facundo Buonanotte, Alejo Veliz, Mateo Tanlongo, Gino Infantino, Kevin Ortiz y Lautaro Blanco no hubieran po

No es necesario perder diez partidos seguidos o quedar eliminado de una Copa Internacional para ponerle fin al ciclo de un técnico. Muchas veces una goleada como la que sufrió Central el lunes ante Banfield basta y sobra para tomar la decisión de interrumpir un proyecto futbolístico. Obviamente que Miguel Angel Russo no será cesanteado de su cargo por haber perdido en el sur en condición de visitante. En definitiva es toda una habitualidad para Central irse derrotado cuando sale del Gigante de Arroyito. Además, el DT canalla tiene el laburo garantizado por dos razones bien concretas: la primera es que Gonzalo Belloso nunca tomará la drástica determinación de sacarlo del cargo por la sencilla razón de que Russo fue la bandera futbolística de su plataforma electoral para volver al club ahora como presidente. Y segundo porque Russo tiene la espalda más ancha que el recordado luchador argentino Rubén Peucelle para aguantar mucho más que una sonora derrota como fue la de Banfield. Lo último

Russo no quedó conforme con el rendimiento del equipo ante los tucumanos. (FotoBaires) Central arrancó la Copa de la Liga con la misma tónica con la que terminó la Liga Profesional. En el casillero de los resultados, ayer a la tarde empató ante Atlético Tucumán en el Gigante y logró la misma recompensa estadística que en las últimas tres fechas del torneo anterior cuando igualó en serie ante Racing, River y Belgrano. Pero en el rubro funcionamiento, Central siempre se hace un lugar para jugar peor a lo que lo venía haciendo. Y esto tiene directa relación con el estilo de juego que pregona Miguel Angel Russo. Dicho con otras palabras: Central juega mal porque es un equipo de autor. Está formateado a imagen y semejanza de su entrenador. En ese sentido, no está mal jugar bajo las influencias del DT, lo que sí es preocupante es que el equipo muestre un rendimiento deficitario cada vez con más frecuencia y ante rivales que, en teoría, asoman como inferiores. Le pasó en el debut contra los

Cuando se afirma que Central es un universo insondable en el que todo puede pasar no se lo dice antojadizamente. Hay millones de situaciones que confirman esta teoría cuando pasa algo en el club de Arroyito. Una de esas pruebas acaba de suceder con la reciente incorporación de Maximiliano Lovera, el mismo pibe que surgió del club y que en 2019 fue vendido al Oympiakos de Grecia en una transferencia que disparó críticas de todos los colores por parte de los hinchas canallas.   Todavía retumban las cosas que se dijeron sobre la transferencia de Lovera a Grecia en una suma cercana a los 3,3 millones de euros por el 80 por ciento del pase y más un bono de 700 mil euros ligado a los objetivos del equipo griego en la Champions League.  En ese momento, los hinchas de Central explotaron de bronca en contra de la comisión directiva que comandaba Rodolfo Di Pollina porque había vendido en un abrir y cerrar de ojos a una de las joyas de la abuela en un valor que la gente consideraba que la es

Es casi imposible que Miguel Angel Russo pueda reemplazar con algún nombre de peso la vacante que dejó la partida de Alejo Véliz. Por más fuerte que sea el refuerzo que el técnico tenga apuntado, con ninguno tendrá los réditos futbolísticos que le dio en un torneo el delantero que fue transferido en una cifra récord a Tottenham de Inglaterra. Es que  con la ida del pibe de oro a Europa no sólo viajaron casi todos los goles que convirtió Central en la Liga Profesional, sino que se marchó el jugador que le hizo ganar prácticamente todos los partidos a Russo. Se fue un jugador que no necesitaba que Central jugara bien o que lo hiciera para él porque todo lo que tocaba lo convertía en goles. Entonces, a quién podría caberle la duda de que con Véliz se fue más de  medio equipo de Central. Pero esto que le pasó a Central con Véliz no es exclusivamente porque emigró un goleador impresionante. De hecho, cualquier equipo lo extrañaría. La cosa no pasa por ahí. Se convierte en un problema de

Compinches. Buonanotte y Véliz festeja uno de los goles en el triunfo ante el River de Gallardo. Los hinchas de Central pueden golpearse orgullosos el pecho porque el club continúa sacando joyitas de la cantera y las sigue vendiendo a precio récord en el mercado europeo. En ese sentido, poco les importa a los clubes que tienen billeteras abultadas que Central ande a los tumbos en los torneos que disputa o que casi nunca pelee por salir campeón. Lo cierto es que para la estructura de scounting y captadores de jóvenes del mundo, los pibes que se crían en la Ciudad Deportiva de Granadero Baigorria o en el country de Arroyo Seco siempre reúnen las condiciones para ser terminados de moldear en la alta competencia de los campeonatos más calificados de Europa.  Justamente por eso no extrañó que la comisión directiva canalla anterior, quien en ese momento estaba al mando de Ricardo Carloni, haya transferido a Facundo Buonanotte (17 años) al Brighton de Inglaterra en una montaña de euros: 11 mi

Véliz, Malcorra, Ferreyra, Mallo y Quintana se retiran de la cancha con cara de bronca. Es de una pereza intelectual alarmante creer que la eliminación de Central en la Copa Argentina ante Chaco For Ever se produjo porque es un torneo que convive con las sorpresas. Basta con observar detenidamente el partido para entender que el juego de Central nunca se encolumnó detrás de esa línea que suelen marcar los equipos de la primera división. Es más, por momentos pareció que estaban jugando dos equipos de categoría similares y no uno de la primera y otro que está peleando en la zona de descenso de la Primera Nacional.  Un porrazo, un grito de alarma Este porrazo sonoro que se dio Central es un grito de alarma para todos aquellos que nunca escucharon que el equipo de Russo ni por asomo fue un dechado de virtudes en la Liga Profesional. Es verdad que terminó ubicado en la octava posición y quedó expectante para clasificar a alguna copa internacional para el año que viene. Pero también es ciert