Heinze debe irse de Newell's



En estos tiempos electorales en los que es tan habitual asegurar que votar a Javier Milei en el balotaje para presidente de la nación es como dar un salto al vacío, la misma sintonía debe utilizarse para defender la gestión de Gabriel Heinze como técnico de Newell's. Realmente se hace insostenible mantener al Gringo en el cargo. Si es cierto que Heinze es uno de los pocos entrenadores que dignifican la profesión en el fútbol argentino, justamente por esa dignidad es que debe irse de Newell's.

La gota que parece haber rebasado el vaso fue la derrota del jueves ante Godoy Cruz en el Coloso. Al final del partido el hincha leproso habló y lo hizo con sonoros silbidos para el técnico leproso. Una clara muestra de que la gente ya no confía más en el DT y que ya le soltó la mano. Por eso no vale la pena que Heinze siga tensando esa hermosa relación que supo construir con el hincha de Newell's luego de una inmaculada trayectoria como jugador. No lo merece él y mucho menos esa gente que supo idolatrarlo hasta la exageración, pero que ya no le perdona una más. 

Igual, sólo un tipo con una capacidad de trabajo impresionante como Heinze pudo resistir a la derrota ante Central en el clásico. Sólo él logró continuar en el cargo luego de sufrir una caída lacerante como fue la del Gigante. Ni el cicatrizante de las palabras logró zurcir las heridas que dejó perder el clásico de la manera en que lo perdió con el golazo de Malcorra. Si el Gringo no fue destituido inmediatamente fue por su terquedad para nunca darse por vencido y además porque el fixture también le tendió un puente antes de caerse al precipicio. Es que haber jugado ante San Lorenzo y Tigre en condición de visitante, tras la derrota ante Central, le permitieron a Heinze alejarse durante algunas semanas de esa caldera en ebullición que iba a ser el Coloso si Newell's jugaba de local posclásico. 

La historia de Heinze como técnico de Newell's fue hermosa hasta lo poco que duró. Hace un año arrancó con las máximas ilusiones, pero con el paso del tiempo se fue degradando hasta convertirse en un ciclo indefendible. Porque cuando el hincha habla como habló el jueves en el Coloso hay poco por hacer. O, mejor dicho, sólo un gesto debe tener el Gringo para auxiliar esta decepción que debe sentir y es renunciar a su cargo como técnico de Newell's. Aunque suene hasta descorazonado escribirlo, todo el pueblo leproso le agradecerá que se anime a dar un paso al costado.      



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