Poner a Lovera es un acto demasiado osado para este Russo cauteloso
Rosario Central llegó a la final de la Copa de la Liga "por mérito propio", como dijo Miguel Angel Russo, pero apostando a que las manos de Jorge Broun se iluminen como ante Racing y River. Esa es la única verdad que ensayan los que entienden realmente de que se trata el fútbol y sus circunstancias. En cambio, aquellos arrastrados de ocasión o aduladores del Russismo más pertinaz intentan explicar que la táctica de Central es jugar al error del rival, a la segunda pelota o a cualquiera de las falacias que se suelen escuchar para justificar cuando se está en presencia de un equipo de morondanga. Si Central llegó a la gran final ante Platense jugando a lo que salga, no se entiende que Russo quiera desafiar su manual de ideas y en la previa esté dudando entre el ingreso de Maximiliano Lovera o la salida de Agustín Toledo. La apuesta por Maxi es un acto demasiado osado para hacerlo justo en un partido en el que el protagonismo con Platense estará repartido. Si hay algo que est