El ojo crítico de Mauricio

En este mundo de periodismo artificial y de casi nula seducción por el análisis pormenorizado de las situaciones, asegurar que Central o Newell's tienen la mesa servida para ganar el clásico el sábado en el Gigante suena a una temeridad. A un acto de irreflexión en el ejercicio de adentrarse en un partido que habitualmente no admite antecedentes. Pero lo que sí permite visualizar un clásico rosarino es a aquel equipo que llega con un concepto colectivo más reconocible para ganar el partido. Y en atención a eso, Newell's cuenta con mejores individualidades al servicio de un funcionamiento más acreditado que Rosario Central. Igual, esta apreciación meramente futbolística no modifica el concepto madre que está instalado desde que ambos equipos son dirigidos por Miguel Angel Russo y Gabriel Heinze. La realidad es que en estos tiempos de un país tan turbulento como Argentina, la mejor definición para vender este Central-Newell's en el Gigante es decir que se enfrentan el hambr

Si es cierto que el hincha de Central es agradecido, no hay dudas de que el Gigante deberá recibir con todos los honores a Carlos Tevez. El Apache volverá a pisar el césped de Arroyito ahora como entrenador de Independiente, pero el público canalla debería tener memoria y reconocerlo como uno de los técnicos que mejor interpretó la idiosincrasia futbolística del club. Y eso que debió lidiar con momentos de grandes turbulencias políticas, previo a las elecciones que consagraron a Gonzalo Belloso como presidente de Central. El paso de Tevez como técnico de Central no fue relevante por los resultados que consiguió ni por la obtención de los logros deportivos. Lo que se debe valorar de su ciclo fue el capital futbolístico que supo construir cuando les dio pista y consolidó a pibes del club que hoy demuestran sus condiciones en Europa. Verdaderamente sin la mano protectora de Tevez, Facundo Buonanotte, Alejo Veliz, Mateo Tanlongo, Gino Infantino, Kevin Ortiz y Lautaro Blanco no hubieran po

Como si se tratara de un episodio que ya no sorprende a nadie, Lionel Scaloni no se cansa de subirse a patriadas para ganarlas. Como si no le alcanzara con haber dejado sin palabras a la mayoría en el mundo del fútbol cuando asumió como técnico de la selección argentina sin la más mínima experiencia y terminó consagrándose campeón del mundo, ahora el Leónidas de Pujato vuelve a ponerlos en ridículo a todos los técnicos que siempre contaron derrotas cada vez que les tocaba visitar los 3625 metros de La Paz.   Scaloni los expuso a todos no sólo desde el resultado, sino desde el planteo y la planificación de los partidos. Scaloni preparó todo sin dejar ningún detalle librado al azar Argentina jugó en La Paz con la misma autoridad con la que lo hace cuando afronta un partido en el llano. Y esto no quiere decir que Scaloni ignoró que jugaba ante Bolivia a los 3625 metros sobre el nivel del mar. Al contrario. El técnico argentino, junto a su equipo de idóneos colaboradores, preparó el partid

No era necesario arrancar ganando las eliminatorias sudamericanas contra Ecuador para saber que la selección nacional tiene en Lionel Scaloni a un prócer del fútbol argentino. Como todo el globo terráqueo sabe es un técnico que ya ingresó en el salón inmortal de los consagrados al salir campeón del mundo en Qatar. Pero haber sido el conductor que condujo al equipo a lograr la tercera estrella mundialista no es paradójicamente lo que más debe llamar la atención de la carrera de Scaloni. Lo que realmente sorprende es su capacidad de reinvención para redoblar la apuesta. Para seguir dando batalla cuando la principal pelea hace unos meses que ya la ganó. Pero el Leónidas de Pujato nunca se cansa. Al contrario. Siempre está en permanente movimiento para seguir desafiándose y logrando lo que se propone.    Scaloni nunca se dormirá en los laureles Ya desde el discurso, Scaloni les hizo saber a los argentinos que lo que ocurrió en Qatar siempre quedará guardado en un rincón del corazón de ca