Larriera se juega el pellejo en el clásico ante Central



Nunca hay que tener miedo a decir la verdad. La sinceridad es una virtud que siempre debe acompañar al ser humano. Tampoco conduce a nada camuflar las cosas por más duras que sean las consecuencias. Todo esta introducción de conductas cotidianas calza como un guante para proyectar lo que será de la vida del uruguayo Mauricio Larriera tras dirigir el domingo su primer clásico ante Central como técnico de Newell's. 

Larriera se juega el cargo ante Central. Porque si Newell's pierde, como ya es costumbre en los últimos años, el hincha leproso no sólo le soltará la mano sino que el técnico uruguayo pasará a integrar la nefasta lista de los entrenadores a los que Central les arruinó la existencia. El último ejemplo fue Gabriel Heinze, quien perdió ante Central con el golazo de Ignacio Malcorra, y a partir de ese momento su convivencia con el hincha leproso fue un martirio. Como el Gringo es uno de los ídolos de la institución no se fue inmediatamente tras perder el clásico, pero esa derrota sin dudas le terminó dinamitando su estadía como DT leproso. 

Si a Heinze le pasó eso, a Larriera no lo salvará nadie. Porque una nueva derrota no sólo incendiaría su incipiente gestión como técnico, sino que haría volar por los aires las estructuras de la dirigencia leprosa, con Ignacio Astore a la cabeza de todos.   

No hay que ser un gran entendido de la idiosincrasia leprosa para presentir que el hincha de Newell's no tolera una derrota más ante Central. La paciencia se agotó hace rato y el golpe que recibió en el clásico pasado en el Gigante fue la gota que rebasó el vaso. Tampoco se banca más que el hincha canalla esté cansado de cargarlo y encima ahora le festeja en la cara que Ever Banega se pierde el clásico por la expulsión que sufrió ante Estudiantes. Es que no hay dudas de que sin Banega, Newell's arranca perdiendo 1-0 el clásico del domingo. No tenerlo a Ever es como si Central no tuviera a Marco Ruben en los tiempos en los que Marco transformaba en gol todo lo que tocaba cuando jugaba ante Newell's. Obviamente que se trata de dos jugadores con distintas características, pero lo que se quiere establecer es el grado de incidencia que tienen estos jugadores para sus equipos.  

Larriera también debería evitar las declaraciones que realizó luego de perder ante Estudiantes en La Plata. Alguien del entorno leproso debió asesorarlo porque las palabras del DT no sólo fueron desafortunadas, sino peligrosas para su estadía en el club. Larriera no puede salir a decir públicamente, como si dirigiera a algún equipo de las ligas regionales, que dos derrotas consecutivas (Racing y Estudiantes) no lo harán cambiar el rumbo. Se impone que modifique cosas porque el domingo se juega el pellejo como DT leproso ante Central. Es más, el hincha de Newell's hoy firma con las dos manos perder todos los partidos que vienen de la Copa de la Liga, pero ganarle a Central. 

Con otras palabras pero en situaciones con algún punto de contacto, Larriera se pareció al chileno Juvenal Olmos, quien tras quedar  eliminado de la Copa Sudamericana ante Central no tuvo mejor idea que decir públicamente que Newell's tenía revancha en el próximo partido. Juvenal Olmos nunca entendió que en Rosario no hay margen para perder un clásico y mucho menos en estos tiempos siendo técnico de Newell's. No se trae a colación a Miguel Angel Russo porque si Central pierde el domingo habrá bronca momentánea, pero el reconocimiento del hincha canalla para con Miguel ya es inmaculado.  

Es verdad lo que dijo Larriera que el clásico rosarino no es de vida o muerte. Nadie en su sano juicio puede plantearlo en esos términos. También es cierto que para el técnico de Newell's lo que pase el domingo es patíbulo o gloria. Un empate no hace trizas su proyecto, pero... Una derrota lo hará sumergirse en el pantano del descreimiento con los hinchas leprosos y su continuidad ya tendría fecha de vencimiento.     

 

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